Bajo el título: Necesidades y respuestas para la infancia y la adolescencia. Retos frente a la Covid 19 desde diferentes contextos, el pasado 29 y 30 de diciembre de 2020 nos “reunimos” virtualmente unas setenta personas para compartir, reflexionar y plantear propuestas a los numerosos retos que la pandemia ha generado en el bienestar y ajuste emocional de la infancia y la adolescencia.
Son muchas las cuestiones y necesidades que se han evidenciado con esta crisis sanitaria y social y numerosas también las respuestas protectoras que se están desplegando con el objetivo de proteger y minimizar su impacto en el desarrollo de niñas, niños y adolescentes. El seminario, de forma íntegra, permitió exponer la realidad desde diferentes contextos y enumerar necesidades que tendremos que afrontar en el presente y futuro de la infancia y la adolescencia. A continuación, se recogen algunas de las principales conclusiones y aportaciones que fue posible extraer de las sesiones:
- Lejos de desaparecer, los datos existentes hasta el momento señalan que el fenómeno de la victimización en la infancia y adolescencia se incrementó con el estallido de la crisis sanitaria y posterior confinamiento. Esto es lógico si tenemos en cuenta que el confinamiento ha supuesto un mayor contacto con personas agresoras dentro del núcleo familiar, la pérdida de otros contextos protectores claves para la detección y notificación, así como un notable incremento de las tensiones familiares, especialmente en aquellas más vulnerables o en las que ya existían dificultades previas de convivencia. La respuesta a esta necesidad debe basarse en continuar aunando esfuerzos para visibilizar la realidad de la victimización de la infancia y adolescencia, reforzando mecanismos de notificación, incidiendo en campañas de sensibilización social y empoderando a niñas, niños y adolescentes en recursos y estrategias de auto y hetero-protección frente a esta lacra social.
- El análisis del impacto de la Covid 19 en el bienestar emocional de la infancia y adolescencia evidencia numerosas urgencias y retos de futuro. Teniendo en cuenta que la pandemia constituye un evento estresante y potencialmente traumático, las respuestas para favorecer un adecuado nivel de bienestar y ajuste emocional deberán centrarse en niños, niñas y adolescentes pero sin perder de vista su conexión y dependencia respecto a sus figuras vinculares de referencia. Con la frase: Más allá de ell@s, pero con ell@s en el centro se expuso la necesidad de asegurar algunos factores o elementos clave para fomentar su bienestar y su resiliencia, entre ellos una buena gestión emocional, una autoestima saludable, reforzar la red de apoyo social y las pautas de afecto, acompañar la elaboración de duelos y finalmente trabajar recursos de adaptación al cambio. En todo ello el contexto familiar y escolar constituyen recursos de vital importancia y este enorme reto deberá enfrentarse desde la colaboración y coordinación mutua. Solo desde esta perspectiva conjunta seremos capaces de promover interacciones y espacios que aseguren un mayor nivel de bienestar emocional y resiliencia, tan necesarios en esta época convulsa.
- Uno de los aspectos que han generado un enorme debate en esta pandemia ha sido el consumo de tecnologías de la relación, información y comunicación (TRICs) por parte de niños, niñas y adolescentes aludiendo a su uso excesivo y a los problemas asociados que esto puede haber generado. Sin lugar a duda, las tecnologías han supuesto una ventana y un mundo de posibilidades de conexión durante la pandemia. Este hecho no está exento de algunos riesgos en su utilización frente a los que es necesario empoderar a la infancia y la adolescencia. Desde un enfoque positivo y de navegación segura se analizaron las propuestas y alternativas para fomentar desde el contexto familiar y educativo, herramientas y recursos que protejan a infancia y adolescencia de los riesgos que existan en la red y les permitan utilizarla con garantías de seguridad emocional.
- El análisis de la respuesta del sistema educativo ha evidenciado numerosas iniciativas y actividades que han perseguido minimizar el impacto y la brecha (digital, competencial, metodológica etc.) que ha surgido en el alumnado. Para ello, el Equipo de orientación educativa de Grado junto con Patricia Ajenjo (orientadora del IES Mata Jove) expusieron diferentes actuaciones desarrolladas tanto durante la etapa de confinamiento como en la posterior incorporación del alumnado a los centros educativos. Tomando como eje las necesidades emocionales se articularon planes de acción tutorial y contingencia socioemocional que reforzaran y/o promovieran aquellos aspectos que suponían una mayor vulnerabilidad en la situación de la infancia y la adolescencia. También se promovió desde diferentes propuestas y plataformas la implicación activa del alumnado y su empoderamiento frente a situaciones especialmente complicadas como: las primeras y sucesivas salidas, la mascarilla, el contacto con sus iguales, etc. Algo que destacar en su fantástica exposición fue las alusiones constantes al trabajo y cuidado de los equipos de trabajo, eje prioritario de atención en este curso académico y otro reto importante a abordar en la actualidad.
Les lanzamos a este grupo de profesionales una serie de preguntas a modo de conclusión.
La primera fue qué habían aprendido del alumnado desde que se desató la crisis de la Covid 19:
– Los niños y niñas nos han dado una gran lección desde el día 14 de marzo hasta ahora. Creo que infravaloramos su plasticidad y su capacidad de adaptación a cualquier entorno, por flexible y restrictivo que éste se presente. Han superado mejor que cualquier adulto el confinamiento y la incorporación a un cole diferente, en el que ya no pueden hacer muchísimas de las cosas que hacían… nos han demostrado que son capaces de reír, correr, saltar, aprender… con mascarillas, geles y con todo lo que se les ponga por delante. Los grandes héroes y heroínas de la pandemia.
– Su capacidad de resiliencia y adaptación a las circunstancias tan extraordinarias vividas.
– La necesidad de ser escuchad@s, de compartir experiencias y normalizar los efectos y daños colaterales que la pandemia nos ha traído.
La segunda pregunta fue cuál era el mayor reto que identificaban para su bienestar y protección:
– El mayor reto que tiene que asumir la escuela para garantizar la protección y el bienestar de nuestro alumnado, es ser capaz de cerrar brechas, las que ya existían y las emergentes que han ido apareciendo. Frente a las brechas, ACCESIBILIDAD en mayúsculas.
– Escucharlos, tenerles presentes, hacerles participar de su proceso de crecimiento personal.
– Que la educación emocional se instaure de forma real y transversal en el currículum.
Sobre una buena práctica que han conocido y les gustaría resaltar en esta etapa:
– Práctica que más me ha gustado es el proyecto colaborativo intercentros sobre acción tutorial en confinamiento: Plan para Atravesar Tempestades (PAT) (expuesto en las jornadas).
– Desde el contexto escolar (que es el que más conozco), las propuestas que se realizaron en diferentes colegios e institutos de acompañamiento socioemocional tanto a la infancia como a la adolescencia, al profesorado y a las familias.
– La experiencia desarrollada en el Barrio Oeste de Gijón, como forma de trabajo multidisciplinar cuya protagonista es la infancia y la adolescencia (plan de desarrollo comunitario) http://barriooeste.com/necesitamosunplan/
Finalmente, un avance o aprendizaje que nos ha traído la pandemia y con el que deberíamos quedarnos:
– Sé que podría parecer frivolizar con casi dos millones de muertos en el mundo, pero me quedo con la crisis como oportunidad para redefinir la escuela y sobre todo el rol que las orientadoras y orientadores desempeñamos en ella.
– Valorar mucho más el “aquí y el ahora” y la necesidad de trabajar siempre unidas, en un mismo barco.
- Como cierre de las jornadas, analizamos el impacto de la pandemia en un grupo de especial vulnerabilidad y generalmente poco visibles: los niños, niñas y adolescentes con discapacidad intelectual y/o del desarrollo. Gracias a María Jesús Pino, Profesora técnica de servicios a la comunidad y directora del Centro de Educación Especial Juan Luis Iglesias Prada, tuvimos la oportunidad de conocer de primera mano la necesidades y respuestas de atención y cuidado brindadas al alumnado y sus familias desde el contexto educativo. Fueron muchas los retos y actuaciones desplegadas para cubrir las necesidades emocionales durante el periodo de confinamiento y magníficas las iniciativas para dar continuidad, en la medida de las posibilidades, al trabajo y rutina escolar. También continúan vigentes numerosos retos en relación al cumplimiento de todas las medidas sanitarias en la actualidad, sin que esto mine la atención y cobertura de las necesidades individuales. Si algo quedó de manifiesto fue que el compromiso y buen hacer de los equipos de profesionales constituyeron la mejor baza para minimizar el impacto y las consecuencias de una situación inesperada y altamente de riesgo para este grupo de alumnado. Fruto de este magnífico trabajo surgió un proyecto por parte de dos docentes del colegio del que ahora todas las personas podemos beneficiarnos. Y se trata de: la Pandilla de los increíbles (https://editorialsaralejandria.com/producto/la-pandilla-de-los-increibles/) un libro maravilloso como lo son todos los profesionales que han cuidado y cuida de este alumnado y habla mucho de la realidad de todas estas niñas, niños y adolescentes. ¡Muy recomendable!
Como síntesis final nos gustaría resaltar un contenido sobre el que ha pivotado todas las iniciativas, conclusiones y buenas prácticas de este seminario: el trabajo en equipo. Esa es una de las claves para favorecer entre todas las personas, un mejor nivel de desarrollo, buen trato y bienestar de la infancia y la adolescencia ¡que nunca se nos olvide!
Estas jornadas han sido posibles gracias al apoyo y financiación de: